sábado, 25 de febrero de 2017
24/02/2017 Metro de Barcelona.
Puede que algún dia
vuelva a escribirte un te quiero.
Quién sabe, puede que
la semana que viene.
Puede que el dia de
mi muerte.
Puede que nunca más.
Puede que se me cuele
en algun silencio,
Puede que se me pierda
en algun verbo atropellado.
Quién sabe, quién sabe
qué es el querer y cuándo.
Puede que algún dia
vuelva a escribirte un te quiero.
Quién sabe, puede que
la semana que viene.
Puede que el dia de
mi muerte.
Puede que nunca más.
Puede que se me cuele
en algun silencio,
Puede que se me pierda
en algun verbo atropellado.
Quién sabe, quién sabe
qué es el querer y cuándo.
sábado, 18 de febrero de 2017
Obra: Malcolm Liepke
Ya no me resisto a este dolor,
Sé muy bien que en los días que siguen irá extendiendo su sombra
por mis esquinas,
Y no habrá rincon en mis entrañas que no engullan sus garras,
Sé que vendrà a arañarme el oxigeno
Y que parecerá haberse soldado a mis costillas,
Encarcelando mis ganas de seguir respirando.
Sé que sentiré el desgarro de no dejar de subir nunca la
montaña
Y las extremidades se iran derrumbando.
Todo esto ya lo sé.
Ya me conozco este invierno.
Hace años que vivo entre sus muertes secas.
Pero algun dia volverá la primavera.
Algún dia tiene que volver...
sábado, 4 de febrero de 2017
Le habian arrancado las alas,
pero seguia volando.*
pero seguia volando.*
Le habian extirpado el plumaje,
pero seguia volando.
Le habian desnudado el aliento,
pero seguia volando.
No le dolia respirar,
tenia el cuerpo en ruinas
y las entrañas eran escombros,
tenia el pecho exhausto,
pero no le dolia respirar.
tenia el cuerpo en ruinas
y las entrañas eran escombros,
tenia el pecho exhausto,
pero no le dolia respirar.
No era dolor, era vértigo,
al
sentir
el
pálpito
mudo.
al
sentir
el
pálpito
mudo.
El pájaro estaba muerto,
pero seguía volando.
pero seguía volando.
*Verso inspirado en "Vuelo sin orillas" de Oliverio Girondo.
miércoles, 1 de febrero de 2017
Vuelo sin orillas, Oliverio Girondo.
" Abandone las sombras,
las espesas paredes,
los ruidos familiares,
la amistad de los libros,
el tabaco, las plumas,
los secos cielorrasos;
para salir volando,
desesperadamente.
Abajo: en la penumbra,
las amargas cornisas,
las calles desoladas,
los faroles sonámbulos,
las muertas chimeneas,
los rumores cansados;
pero seguí volando,
desesperadamente.
Ya todo era silencio,
simuladas catástrofes,
grandes charcos de sombra,
aguaceros, relámpagos,
vagabundos islotes
de inestables riberas;
pero seguí volando,
desesperadamente..
Un resplandor desnudo,
una luz calcinante
se interpuso en mi ruta,
me fascino de muerte,
pero logre evadirme
de su letal influjo,
para seguir volando,
desesperadamente.
Todavía el destino
de mundos fenecidos,
desoriento mi vuelo
-de sideral constancia-
con sus vanas parábolas
y sus aureolas falsas;
pero seguí volando,
desesperadamente.
Me oprimía lo fluido,
la limpidez maciza,
el vacío escarchado,
la inaudible distancia,
la oquedad insonora,
el reposo asfixiante;
pero seguía volando,
desesperadamente.
Ya no existía nada,
la nada estaba ausente;
ni oscuridad, ni lumbre,
-ni unas manos celestes-
ni vida, ni destino,
ni misterio, ni muerte;
pero seguía volando,
desesperadamente. "
(des)entierros.
Ya no duele,
ya ni duele:
el pecho
que ahora siento
como un ataúd.
Araño, araño, araño,
he perdido ya la cuenta de cuántos desentierros
ya ni duele:
el pecho
que ahora siento
como un ataúd.
Araño, araño, araño,
he perdido ya la cuenta de cuántos desentierros
Suscribirse a:
Entradas (Atom)