Recuerdo los días en los que vi tus
labios abandonar mis labios.
Fue todo protocolario,
paso a paso
beso
a beso,
desertaron de mi piel,
de mis párpados,
de mi cuello,
de mis senos,
de mis costillas,
los vi zarpar
desde mi vientre,
perdiditos y rotos.
Parecía mi cuerpo
el puerto de Alicante
al acabar la guerra.
Cobijo de tantas desesperanzas.
Y marcharon tus labios,
pero no sus memorias.
Y qué puedo hacer yo con tanto cádaver
- me decía-
- me decía-
si ya no me quedaba espacio en el cementario?
...
Todavía no te he enterrado,
Todavía no.
Pero ya ha empezado la desmemoria...
No hay comentarios:
Publicar un comentario